Para comenzar el segundo día en Madrid lo mejor es disfrutar de un suculento desayuno en alguno de sus bares típicos.
El café con churros o con porras es muy común pero también puedes comer de todo, más o menos tradicional. Tras reponer fuerzas toca visitar alguno de sus museos.
Al disponer de poco tiempo y si no lo conoces todavía recomendamos visitar alguno de los 3 principales museos, los del Triángulo del Arte, es decir, el Museo del Prado, el Museo Thyssen-Bornemisza o el Museo Reina Sofía. Cuenta con estar bastante tiempo en ellos, sobre todo en el primero.
Tras la visita al museo, posiblemente estés cansado. Ya sabemos que los museos cansan bastante.
Por eso puedes descansar y relajarte en el vecino Parque del Retiro y disfrutar de su tranquilidad, su ambiente, sus árboles, sus fuentes monumentales y su bonito lago.
El siguiente destino debe ser la Puerta de Alcalá, uno de los monumentos más famosos de España y quizás el más representativo de Madrid.
Tras hacer unas fotos y admirarla podéis continuar hacia la Plaza de Cibeles, con su famosa fuente y los cuatro maravillosos edificios que la rodean.
La Calle de Alcalá y la Gran Vía son los siguientes destinos. Sus espectaculares edificios te sorprenderán y podrás también disfrutar de su ambiente y sus tiendas.
Al final de la Gran Vía, tienes la Plaza de España donde se encuentran 2 de los rascacielos más altos de España.
Si todavía no ha anochecido puedes ir hasta el Templo de Debod, donde además de disfrutar de un trozo de Egipto en España puedes también admirar el mejor atardecer que puedes tener en Madrid.
Si ya ha anochecido, cenar en alguno de los restaurantes de la Gran Vía o asistir a un musical puede ser el broche de oro para culminar el día.